Cuando el tema estaba en auge, estuve apunto de escribir una entrada en este blog anunciando el cambio. Prácticamente un copyPaste de los millones de blogs que hablaron sobre el asunto. Pero como este blog trata sobre dar una impresión diferente, rebuscada, y sobre todo, analizada quería esperar para ver como se implementaba este cambio, y sobre todo el sentir general del consumidor.
No tuve que esperar mucho para descubrir algo que se anunciaba a voces: La Gran Confusión. Ese momento en el supermercado en el que el comprador inocente, despreocupado, y sobre todo, sensato cree estar comprando la Cocacola que siempre compra; ese producto que le aporta esa 'felicidad'... o no. Nada peor que llegar a línea de caja, pagar y darte cuenta en el último momento que has cogido Cocacola Light, en vez de Cocacola "normal".
Gracias a este "fabuloso cambio, lo único que ha generado la marca es confusión. No se entiende, mas y cuando Cocacola si por algo es conocida en el mundo del diseño gráfico es por no haber modificado o haberlo hecho de manera prácticamente imperceptible su logotipo. Pues bien, no les ha importando un pimiento que sus marcas funcionaran tal y como estaban. Se han cargado de golpe los atributos que representaban las otras latas, se han cargado la personalidad. El pensar que estas consumiendo un producto diferente, pese a ser el mismo. Ahora si que no hay diferencia. La democratización del rojo, el Mao Zedong de las bebidas refrescantes. "¿Qué más da lo que hagamos, si dentro de 5 minutos habremos conseguido unos beneficios de más del 300%?" —habrán pensado los susodichos—.
Una vez más hacen con nosotros lo que quieren a favor de los números... y no es que me importe... es que me toca seriamente... la moral.