He pensado en titular este post como "La importancia de la tipografía" Pero realmente no estoy seguro de que sea sólo cuestión de 'tipos'. Esta nochevieja, mientras mis congéneres y amigos se tomaban las uvas, yo observaba atento y analítico la escena que ante mis ojos ocurría. La puerta del sol. seguía abarrotada un año más. Eso sí, como color predominante el rojo, gracias a las pelucas que muy gentilmente los señores de Vodafone habrían repartido, para hacer honor a su plaza: 'Vodafone sol'. Aunque esto, lejos de causarme indignación me hizo analizar la escena con más ímpetu.
Casi todo el mundo sabe, que Madrid no goza de su mejor momento en cuanto a imagen de marca. Los turistas no abarrotan sus calles, y lo que es peor, no recomiendan a sus amigos en blogs o en cafés diurnos un viaje a Madrid. Cosa que no ocurre con la fantástica ciudad de Barcelona, donde todo brilla, todo ocurre, todo se perdona...(mentira). Llevo meses tratando de entender por qué la gran capital que es Madrid ha perdido fuelle. El día 0 llegué a una obvia conclusión.
Madrid se sigue agarrando a sus tradiciones, a sus costumbres, en definitiva a su pasado. Quiere caminar hacia el futuro pero no logra soltar la mano de su anquilosada historia. Necesita cambiar de imagen, pero no se mira en el espejo. No atiende a los cambios, no se deja seducir por lo moderno, no le apasiona lo universal. Bebe del pasado, y en el pasado construye sus mensajes, sus comunicaciones. No hay más que ver el cartel que felicita el año a los españoles. "Feliz 2015" anunciaba este año... pero es que lleva siendo casi el mismo al menos desde que yo he nacido, y de eso han pasado ya casi seis lustros. Madrid no se preocupa de que miles de ciudadanos y visitantes pasen frío, o no cenen en casa para estar ahí, siguiendo la tradición, ayudando a promocionar alguna marca no española, haciendo que Madrid ocupe un lugar en el mapa al menos por 12 segundos, y queriendo que la fiesta sea algo memorable. ¿Y qué ofrece esta ciudad despreocupada? Olor a rancio. Es como visitar a un amigo enfermo que nada te puede ofrecer. Madrid, ha llegado a sus horas más bajas, y creo que es momento de que se ponga las pilas, o se quedará muy atrás. Porque ahora no es como antes, los cambios suceden antes de que tu pestañees. No hay tiempo de reacción, por eso hay que estar alerta.
Mi consejo es que empiece por actualizar la manera en que celebra las fiestas, que luche por dar una imagen europea renovada. Que analice la situación y haga los cambios pertinentes, cambios que el ciudadano, lejos de estar a disgusto, agradecerá enormemente, porque sentirá entonces que vivir, viajar o pasar por Madrid, habrá merecido la pena.
¡¡Feliz 2015 publicities!!
¡Ojo! Tampoco está mal mantener tus costumbres. No hay que dejar atrás ciertas identidades porque tengas que abrirte al mercado.
ResponderEliminarP.D.: Te acabo de descubrir en Twitter. Me parece interesante lo que haces. Te iré leyendo.
Nunca hay que perder la tradición, pero pienso que estancarse es un error grandísimo! Gracias por el comentario! Un saludo!
Eliminar